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Caso nuevo y único de negligencia médica: ligadura de trompas sin consentimiento después de cesárea

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Contenido Revisado Por: Dov Apfel

Desde 1979, Dov Apfel ha mostrado una gran pasión por defender a las víctimas de lesiones de nacimiento y negligencia médica. La destacada trayectoria del Sr. Apfel en litigios por lesiones de nacimiento, educación y defensa ha sido reconocida por la Junta Ejecutiva del Grupo de Litigios por Trauma de Nacimiento de la Asociación Estadounidense por la Justicia (AAJ).

Su experiencia se refleja en sus numerosos premios, presentaciones sobre temas de lesiones de nacimiento en conferencias legales para organizaciones como la AAJ y la ATLA, así como en artículos publicados en Trial Magazine y muchas otras publicaciones.

Desde 1979, Dov Apfel ha mostrado una gran pasión por defender a las víctimas de lesiones de nacimiento y negligencia médica. La destacada trayectoria del Sr. Apfel en litigios por lesiones de nacimiento, educación y defensa ha sido reconocida por la Junta Ejecutiva del Grupo de Litigios por Trauma de Nacimiento de la Asociación Estadounidense por la Justicia (AAJ).

Su experiencia se refleja en sus numerosos premios, presentaciones sobre temas de lesiones de nacimiento en conferencias legales para organizaciones como la AAJ y la ATLA, así como en artículos publicados en Trial Magazine y muchas otras publicaciones.

La variedad de casos de negligencia médica es más extensa de lo que la mayoría imagina. Considerando el número total de nacimientos que ocurren cada año, se presentarán muchos casos algo únicos de errores, confusiones y daños evitables. Eso no significa que no existan tendencias jurídicas claras cuando se trata de tipos de negligencia que conducen a demandas y rendición de cuentas. Por ejemplo, las cesáreas tardías y el uso de fuerza excesiva son probablemente los dos tipos de negligencia profesional que con mayor frecuencia llevan a la presentación de una demanda real por lesión de nacimiento. Eso probablemente se deba a que esas lesiones son las más comunes, a menudo pueden probarse en los tribunales y conllevan consecuencias significativas para quienes se ven afectados, lo que requiere compensación.

Negligencia única durante el parto

Mientras que la fuerza excesiva y la falta de oxígeno que resultan en el desarrollo de parálisis cerebral son las lesiones de nacimiento que a menudo ocupan los titulares de los periódicos y las publicaciones de blogs, hay otras.

Por ejemplo, Lawyers.com publicó esta semana una entrada sobre un caso único en el que una mujer está demandando a su médico por atarle las trompas (para prevenir un embarazo futuro) después de someterse a una cesárea. La mujer afirma que no quería que le ligaran las trompas y no tenía idea de que el médico realizó la operación mientras ella estaba sedada. El caso es complejo, con alegatos sobre un formulario de consentimiento firmado y plantea la cuestión del consentimiento informado en el contexto médico.

Según los informes, la mujer se sorprendió al enterarse del procedimiento cuando acudió a su médico para recibir pastillas anticonceptivas. El médico le explicó que no las necesitaba, debido al procedimiento de ligadura de trompas realizado unos meses antes.

La demandante sostiene que el médico mencionó que ella no necesitaba más hijos porque ya tenía suficientes—una joven de 22 años con tres hijos. Por el contrario, el médico demandado afirma que se firmó un formulario de consentimiento que indicaba claramente la comprensión de la demandante sobre el procedimiento de ligadura de trompas y sus implicaciones.

Negligencia y consentimiento informado

Tal como se ha planteado hasta ahora la historia, parece claro que el asunto girará en torno al aparente formulario de consentimiento, si fue firmado y si la paciente realmente sabía lo que estaba firmando. La idea de consentimiento informado puede resultar confusa, porque es muy diferente de las reclamaciones por negligencia que alegan errores manifiestos por parte del profesional médico.

Por un lado, es fácil suponer que si la paciente firmó el formulario, ahí termina el asunto. Sin embargo, los tribunales han explicado desde hace mucho tiempo que formalidades aleatorias no son suficientes para que un profesional médico realice procedimientos: la paciente necesita “realmente” saber a qué está accediendo y comprender las implicaciones. Eso puede no ocurrir, aun con un formulario firmado, particularmente si la paciente estaba en medio de un evento médico en ese momento, apresurada para firmar muchos documentos y no se le informó de manera explícita lo que indicaba un documento en particular. Después de todo, todas y todos firmamos tantas cosas cuando estamos en el hospital que es muy fácil pasar por alto una página. Sería natural molestarse si tal papel permitiera la realización de una cirugía que uno no necesitaba ni quería.

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